Villa Guerrero, Méx.- Pequeños, medianos y grandes productores de esta localidad se preparan para cosechar y empacar millones de flores que venderán el 10 de mayo.
La carga de trabajo se siente sobre todo en Villa Guerrero que, de acuerdo con la Secretaría del Campo, se ha convertido en la capital nacional de la floricultura por su elevada producción y desarrollo técnico, pero también por ser un espacio estratégico para la comercialización, la logística y la exportación.
Los inmigrantes japoneses introdujeron en la década de 1940 el cultivo de flores de ornato, como claveles, crisantemos, rosas de campo y gladiolas en Texcoco y Villa Guerrero, tradición que los productores conservaron hasta convertir al Estado de México en el mayor productor de flor a nivel nacional.
Este negocio es el principal sustento económico para 20 mil productores y los habitantes del corredor florícola que comprende los municipios de Villa Guerrero, Coatepec de Harinas y Tenancingo.
De acuerdo con la Cámara Nacional de Floricultores, en décadas pasadas los productores mexiquenses dependían totalmente de los mayoristas de la Ciudad de México en sitios como la Central de Abasto y el Mercado de Jamaica, entre otros, donde se quedaban hasta el 95 por ciento de las ventas.
Hoy el 50 por ciento de la producción depende de la Ciudad de México, y Villa Guerrero se ha convertido en un centro de venta y embarque que es visitado por comerciantes de todo el país e incluso acopia la producción de otros estados como Chiapas, Puebla, Morelos, Michoacán para distribuirla a los estados del norte del país y Estados Unidos.
El principal destino de las exportaciones de flor es California, Estados Unidos; el producto llega por tierra en tres días en tráileres acondicionados para conservar en cadena de agua y frío para que el producto llegue con los más altos estándares de calidad a su destino.